Estados Unidos se enfrenta a una dependencia casi total de las importaciones de minerales críticos para usos estratégicos en defensa e industria, incluyendo aquellos provenientes de países adversarios, según un nuevo informe del Silverado Policy Accelerator. Esta situación plantea serias preocupaciones sobre la seguridad nacional y económica del país.
El estudio identifica 12 minerales que representan una amenaza significativa debido a la dependencia de EE. UU. en importaciones de países clasificados como Entidades de Preocupación Extranjera (FEOCs). La falta de producción interna de estos minerales crea una vulnerabilidad que podría interrumpir industrias clave, especialmente si los suministros se ven restringidos por medidas geopolíticas como controles de exportación o prohibiciones.
Entre los 12 minerales señalados, EE. UU. depende completamente o casi completamente de las importaciones para 9 de ellos, todos fundamentales en la fabricación de semiconductores, lo que destaca la gravedad de esta vulnerabilidad. Entre los minerales más críticos se encuentran el arsénico, galio, indio, grafito natural, escandio, tántalo y itrio, de los cuales EE. UU. importa el 100%. Además, más del 90% de sus tierras raras y bismuto, y más del 80% del antimonio provienen de países considerados FEOCs, especialmente China, que controla gran parte de estas cadenas de suministro.
China ya ha impuesto controles de exportación sobre minerales como el grafito, galio y germanio, lo que incrementa la presión sobre EE. UU. A principios de este año, también extendió restricciones al antimonio, un mineral esencial en diversas industrias, desde aplicaciones militares hasta baterías, automóviles y juguetes. Esto resalta cómo China tiene la capacidad de influir en las cadenas de suministro globales y podría usar este control como una herramienta geopolítica, dificultando el acceso de EE. UU. a estos recursos.
Curiosamente, minerales como el litio, cobalto y níquel, que suelen dominar las conversaciones políticas sobre minerales críticos, no están en esta lista, a pesar de su relevancia para sectores como los vehículos eléctricos y baterías, pilares de la reindustrialización impulsada por la administración Biden.
El informe destaca que cada mineral requiere soluciones específicas para mitigar la vulnerabilidad de la cadena de suministro. Algunas de estas soluciones pueden ser aplicables a varios minerales, pero en muchos casos deben ajustarse a las particularidades de cada uno.
Finalmente, el estudio concluye que abordar la dependencia de EE. UU. en minerales críticos debe ser una prioridad no solo para la actual administración Biden, sino también para futuras administraciones, sugiriendo que este será un tema de acción temprana en 2024.
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