Por: Martín Gustavo Ibarra, Presidente de Araújo Ibarra Consultores Internacionales.
El presidente Trump fue muy claro en su discurso de posesión sobre cómo va a profundizar la guerra comercial, lo cual se traducirá en el incremento de aranceles a China, al mismo tiempo que anunció estrategias que sin duda van a generar nuevas tensiones con México y Panamá.
Esta situación prepara el camino para que Colombia se convierta en la sede alterna del nearshoring en América Latina. Si somos capaces de mantener un diálogo cordial con los Estados Unidos y capitalizar, como ya lo ha hecho de manera magistral México, el nearshoring, fenómeno que ha generado en ese país millones de empleos y billones de dólares en exportaciones de valor agregado, que es exactamente lo que el gobierno del presidente Petro desea para Colombia.
Esta estrategia podrá multiplicar por diez sus exportaciones de manufacturas a Estados Unidos, cuyas cifras no llegan a los USD$4.000 millones en la actualidad; atraer nuevas empresas ancla y convertir a las costas colombianas, tanto en el Atlántico como en el Pacífico, en los nuevos polos de industrialización para estas exportaciones.
Durante el mandando del presidente López Obrador, México incrementó sus exportaciones manufactureras casi USD$200.000 millones hacia Estados Unidos.
Pero si las relaciones entre los gobiernos de Estados Unidos y Colombia se deterioran y Estados Unidos nos desertifica por el incremento de los cultivos ilícitos —como ocurrió hace casi 30 años—, perderemos la gigantesca oportunidad que el nuevo entorno nos trae. Por ello, establecer una mesa de diálogo público-privada para capitalizar las oportunidades del nearshoring, debe ser una prioridad nacional y uno de los grandes retos para la nueva canciller Laura Sarabia y el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Luis Carlos Reyes.
Así mismo, el presidente Trump no se ha referido a Colombia en ninguno de sus discursos y creo que la relación va a continuar al amparo del TLC que está vigente y grabado en piedra, en especial después de la decisión nueve, que aclaró varios aspectos respecto a las inversiones, las expropiaciones y los arbitramentos internacionales.
Colombia debe observar con mucho cuidado lo que hizo México en estos últimos 8 años, desde que inició la guerra comercial entre Estados Unidos y China y que ha sido una política que lo llevó a conquistar el lugar de primer socio comercial de los Estados Unidos, superando a todos los exportadores hacia este país.
Sin embargo, México es hoy es víctima hoy de su propio éxito: no tiene mano de obra. El desempleo corresponde al 2.5%, hay escasez de agua, sus zonas francas (o partes de maquila) están al 98% de ocupación, con una lista de espera hasta de 24 meses y a esto se le suma la insuficiencia de energías renovables.
Por lo anterior, es claro que Colombia puede ser el nuevo jugador para compartir las oportunidades que ya están siendo aprovechadas por Costa Rica, Republica Dominicana y México.
Para tener una cifra de referencia, recordemos cómo Colombia apenas exporta cerca de USD$4.000 millones a los Estados Unidos, mientras México exporta 113 veces más.
¿Cuál puede ser la hoja de ruta para convertir al nearshoring en una estrategia nacional?
- Afinar las propuestas a diferentes regiones en los productos y sectores en los cuales pueden atraer inversiones. Tarea que ya está siendo desarrollada por las promotoras regionales de inversión en conjunto con los gobernadores y alcaldes.
- Aprovechar los análisis de oportunidades que ha venido haciendo la Cámara Colombo Americana bajo el liderazgo de la exministra María Claudia Lacouture.
- Crear el comité de nearshoring liderado por el ministro de comercio, industria y turismo con la canciller y la participación de Procolombia, los gremios de comercio exterior y los empresarios del sector, para ver cómo Colombia puede superar la propuesta de valor de competencia regional.
- Facilitar los procedimientos y actualizar la legislación de los mecanismos de comercio exterior en especial del Plan Vallejo, de las zonas francas y las comercializadoras internacionales, sin los cuales ni la nueva inversión extranjera, ni los exportadores actuales podrán competir.
- Lograr la atracción de varias empresas ancla de Colombia, las cuales llegan con su círculo de proveedores, y cambiarán la historia de la composición y diversificación de las exportaciones colombianas.
Nunca desde la apertura económica en 1991, habían soplado vientos tan favorables para el país como los que se vislumbran en este segundo mandato de Donald Trump. Debemos mantener un buen ambiente de negocios con nuestro vecino del norte.
Este artículo, escrito por Martín Gustavo Ibarra, presidente de Araújo Ibarra Consultores Internacionales, ha captado la atención de los medios. Semana.com publicó una noticia en la que resalta varias de sus ideas clave sobre las oportunidades del nearshoring para Colombia. Consulte el artículo completo aquí: Esta tendencia comercial podría ser una oportunidad económica para Colombia en el segundo mandato de Trump
