La Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR) anunció un aumento a los aranceles de una serie de productos chinos, incluyendo vehículos eléctricos, con el objetivo de fortalecer la producción nacional y reducir la dependencia de la cadena de suministro china.
Estos nuevos aranceles entrarán en vigor el 27 de septiembre de 2024, tras un retraso en su implementación original programada para el 1 de agosto debido a la revisión de más de 1,100 comentarios de partes interesadas, lo que llevó a modificar ciertos detalles de la medida.
Entre los cambios más relevantes, el USTR ha decidido incrementar gradualmente los aranceles a productos esenciales en sectores críticos. Las mascarillas desechables, por ejemplo, tendrán un arancel del 25% en 2024, que aumentará al 50% en 2026. De manera similar, los guantes médicos verán un aumento del 50% en 2025 y del 100% en 2026. Estas medidas buscan impulsar la inversión en la producción local y diversificar las fuentes de suministro hacia otros mercados fuera de China, asegurando así la sostenibilidad de la cadena de suministro estadounidense.
Otro aspecto clave de la modificación es la propuesta de incrementar los aranceles en un 25% para productos de tungsteno y en un 50% para silicio y wafers, materiales fundamentales para la fabricación de celdas solares y semiconductores. China domina actualmente la producción de estos componentes, lo que ha generado preocupaciones sobre la seguridad y resiliencia de la cadena de suministro estadounidense en sectores de alta tecnología.
Por otro lado, el USTR ha ajustado el proceso de exclusión de aranceles a ciertos productos, agregando cinco nuevas subpartidas elegibles para exclusión temporal. Sin embargo, se eliminarán cinco exclusiones previamente aplicadas a equipos utilizados en la fabricación de módulos solares, lo que refleja una política más estricta en este sector específico.
Estas medidas son parte de la estrategia de la administración Biden para reducir la dependencia de productos chinos y reforzar la producción nacional en áreas clave. A través de estos cambios, el gobierno busca aumentar la resiliencia de las cadenas de suministro, protegiendo al mismo tiempo los sectores industriales críticos de los Estados Unidos.
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