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Potencial del cobre colombiano despierta interés en empresas de América

Esta noticia es propiedad de: El Espectador

Se espera que para mediados de año se adjudiquen bloques de exploración para este metal en cinco zonas de Córdoba y La Guajira, que contarían con participación de nuevas empresas estadounidenses y canadienses, además de otras que ya operan localmente.

Colombia busca reducir su dependencia del petróleo y el carbón mediante el desarrollo de depósitos de cobre ante el aumento previsto en la demanda de minerales metálicos utilizados en baterías recargables.

Las autoridades comenzaron los procesos de licitación para cinco zonas de cobre en los departamentos de Córdoba y La Guajira, en donde se extrae gran parte del carbón de Colombia.

Los bloques de exploración probablemente se adjudicarán antes de mitad de año, con participación de pequeñas empresas estadounidenses y canadienses y otras firmas que ya operan localmente liderando las muestras de interés, dijo el ministro de Minas y Energía, Diego Mesa. Un proceso simplificado de permisos para acortar el camino hacia la producción es uno de los incentivos.

“Colombia podría convertirse en uno de los principales productores de oro y cobre”, dijo en una entrevista esta semana. “Sabemos que el cinturón de cobre comienza en Chile, continúa a través de Perú y termina en Panamá”.

Si bien la nación continuará explotando combustibles fósiles, aunque en cantidades más bajas, una tendencia mundial hacia la electrificación indica una mayor demanda de metales como cobre, níquel y oro, dijo Mesa. El precio del cobre se ha duplicado en el último año a un máximo de casi una década.

En Latinoamérica, Colombia se encuentra en el sexto lugar de producción de cobre, detrás de México, Brasil y Argentina, y ocupa el puesto 46 en el mundo. Escalar posiciones en este ranking significaría mayores ingresos para la economía del país y el desarrollo social para las regiones, aseguran expertos.

El consumo de cobre refinado en el mundo en 2018 fue de 23,78 millones de toneladas y varios estudios indican que esa demanda podría crecer al doble en 2050.

La Agencia Nacional de Minería (ANM) señaló que el Servicio Geológico Colombiano “ha establecido que el país cuenta con ambientes geológicos favorables para la existencia de depósitos de cobre”. Este mineral estaría en Córdoba, Chocó, Nariño y Antioquia, así como en La Guajira y Cesar.

Según la ANM, a 2017 las reservas de cobre en Colombia estaban valoradas en $108.765 millones.

En el momento, la producción de este mineral en el país proviene de la mina El Roble, ubicada en Carmen de Atrato, Chocó, operada por la compañía canadiense Atico Mining Corp, con unas reservas medidas de 1,88 millones de toneladas y una producción de 9.355 toneladas en 2017.

Un informe de la Unidad de Planeación Minero-Energética (Upme) destaca que la producción de cobre en el país muestra una tendencia creciente: de 33 % entre 2014 y 2015 se pasó a 55 % en 2016. El salto más grande se registró en 2014, con una expansión de 543 %, cuando Atico adquirió El Roble.

En producción avanzada se encuentra Quebradona, en Jericó (Antioquia), de la minera Anglogold Ashanti, que tiene reservas probables de 1,2 millones de toneladas. Las intenciones de inversión con esas reservas probables ascienden a US$1.000 millones, que se ejecutarían una vez estén aprobados la licencia ambiental y el plan de trabajo del proyecto.

Actualmente, hay 427 títulos mineros asociados con el cobre para 660.497 hectáreas, lo que equivale al 0,6 % del territorio nacional; 132 son para exploración, 71 para construcción y montaje, y 224 para explotación. Por otro lado, hay 1.400 propuestas de contratos de concesión para una extensión de 2,7 millones de hectáreas, señala la Agencia Nacional de Minería.

Colombia también hace parte de la transición hacia una energía más limpia, con un portafolio de proyectos de energía solar, eólica y bioenergía de hasta 7.000 megavatios.

El país iniciará una subasta de energía renovable en la segunda mitad del año y entre los posibles postores se considera a compañías como Celsia SA, Enel Green Power SpA, Isagen SA y Électricitéde France SA.

Colombia también busca promover el uso de vehículos eléctricos, una industria cuyas ventas crecieron 90 % el año pasado, dijo el ministro. Se espera que venda alrededor de 10.000 vehículos híbridos y eléctricos sólo este año, superando el objetivo de cuatro años de 6.600 establecido en 2018.

Ciudades como Bogotá, Medellín y Cali están dirigiendo su atención hacia la movilidad eléctrica. “El sistema de transporte masivo tendrá la mayor flota de vehículos eléctricos del mundo, con excepción de China”, dijo Mesa.

Las compañías automotrices llevarán nuevos modelos al mercado colombiano a medida que sea más competitivo. “La gente, creo, se volvió más consciente con la pandemia de su huella ambiental”, dijo.

Fuente: El Espectador

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