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La Unión Europea y el Reino Unido acordaron este domingo mantener vivas las conversaciones.
Las negociaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE) por su relación posbrexit experimentaron «algún progreso» pero las diferencias que impiden un acuerdo persisten, en un momento en que los equipos mantienen el diálogo este lunes en Bruselas para evitar una ruptura.
El principal negociador de la UE, el francés Michel Barnier, presentó este lunes un panorama del estado actual de las conversaciones a los embajadores europeos ante la UE y, separadamente, a los integrantes de una comisión especial del Parlamento Europeo.
Fuentes coincidentes consultadas por AFP indicaron que, en el encuentro con los diplomáticos, Barnier aseguró que se habían registrado tímidos progresos, pero que aun había diferencias que era necesario superar para aspirar a un acuerdo.
Una de las fuentes diplomáticas dijo a AFP que se había avanzado «a pasitos», y que los entendimientos aún era «frágiles».
Todo esto sucede después de que la UE y el Reino Unido acordaran este domingo continuar las negociaciones en Bruselas sobre su futura relación posbrexit, aunque el gobierno británico expresó su pesimismo sobre el futuro de los interminables esfuerzos para evitar un divorcio brutal el 31 de diciembre.
En una escueta declaración conjunta, el primer ministro británico, Boris Johnson, y la presidenta de la Comisión Europa, Ursula von der Leyen, anunciaron este domingo que dieron instrucciones a sus equipos, reunidos en Bruselas, para que continúen las conversaciones.
«A pesar del agotamiento después de casi un año de negociaciones, y a pesar de que los plazos límites fueron rotos una y otra vez, pensamos que es responsable en este punto ir un poco más lejos», señalaron los dos funcionarios.
«Por eso, hemos dado mandato a nuestros negociadores para que continúen las conversaciones y ver si es posible un acuerdo, aún a pesar de estar ya en una fase tan tardía», añadieron.
En Londres, Johnson insistió, por su parte, que «lo más probable ahora» era una separación sin acuerdo.
«Tengo que reiterar que lo más probable ahora es, por supuesto, que debamos prepararnos para (cortar lazos definitivamente con la UE a final de mes) en los términos de la Organización Mundial del Comercio», dijo el líder conservador.
«Sigue habiendo esperanza, vamos a seguir conversando para ver qué podemos hacer, el Reino Unido no va a abandonar las negociaciones, creo que la gente espera que hagamos un esfuerzo más», añadió.
En la noche del miércoles, los dos dirigentes habían acordado que los equipos mantendrían un nuevo esfuerzo en Bruselas y que este domingo habría una decisión firme sobre la suerte del diálogo.
Sin embargo, la decisión fue de continuar dialogando. Tanto fuentes de la UE como del gobierno británico habían expresado claro pesimismo sobre la suerte de las conversaciones, antes de la sorprendente decisión de este domingo.
«Todavía hay un largo camino por delante», reiteró por la mañana el ministro británico de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, al canal Sky News.
«Algunas de las propuestas, algunas de las sugerencias que nos han hecho, son bastante extravagantes, francamente, y no se tornan más razonables con la repetición», afirmó.
Pero su homóloga española, Arancha González Laya, llamó a ambas partes a «evitar a toda costa» una ruptura sin acuerdo.
También el primer ministro de Irlanda, Micheál Martin, cuyo país sería el más afectado de la UE por un Brexit sin acuerdo, llamó a proseguir los esfuerzos.
«Sería un fracaso político si no estamos en condiciones de conseguir un acuerdo», declaró a la BBC.
Años de difíciles negociaciones
El Reino Unido abandonó oficialmente la UE el 31 de enero y a partir de marzo Londres y Bruselas comenzaron a negociar un acuerdo comercial que debía entrar en vigor el 1 de enero de 2021.
Sin embargo, las negociaciones quedaron trabadas en tres temas: acceso de los navíos pesqueros europeos a aguas británicas, normas de competencia para el acceso de empresas británicas al mercado europeo y el futuro mecanismo de solución de controversias.
De los tres, el referido a las normas de competencia es el que presenta mayores desafíos.
Londres reconoció el sábado que cuatro buques de la Royal Navy están listos para proteger las aguas británicas ante potenciales tensiones con barcos europeos si las negociaciones fracasan.
Ahora todavía habrá que esperar para que llegue la hora de la verdad, cuatro años y medio después del histórico referéndum de 2016 en el que el Reino Unido decidió por 52 % de votos poner fin a casi cinco décadas de una tensa relación con la UE y convertirse en el primer país que abandona el bloque.
En las últimas semanas los contactos se habían intensificado y las partes dieron tímidas señales de un cierto acercamiento antes de señalar obstáculos de último minuto.
Pero esta salida debilita la unidad del Reino Unido, dando argumentos a los independentistas de Escocia, una nación de 5,5 millones de habitantes profundamente proeuropeos que votaron muy mayoritariamente contra el Brexit.
Durante la semana la UE ya ha previsto medidas de emergencia por si no se llegara a ningún acuerdo, con el objetivo de mantener el buen funcionamiento del transporte terrestre y aéreo durante seis meses, siempre y cuando Londres haga lo mismo, y garantizar que los barcos pesqueros puedan acceder a las aguas de ambas partes en 2021.
Fuente: El Tiempo