El Gobierno lanzará el próximo 18 de febrero el programa “Colombia Exporta Más”, orientado a aumentar las exportaciones no minero energéticas.
Los resultados de exportaciones para el año 2019, recientemente publicados por el Dane y la Dian, ratifican las dificultades estructurales de la economía colombiana para vender afuera. Entre enero y diciembre del año pasado las ventas externas del país sumaron 39.500 millones de dólares, una caída de 5,7 por ciento en comparación con ese mismo periodo de 2018.
La explicación de este comportamiento radica en la caída del 11,1 por ciento de las exportaciones mineras y energéticas. El resto de los rubros de ventas al exterior, como los productos agropecuarios y alimentos o las manufacturas, desafortunadamente aún no alcanzan a compensar las pérdidas en carbón y petróleo.
Lo más preocupante es que este escenario de baja en las exportaciones colombianas se está dando en un entorno que, al menos en teoría, beneficiaría la actividad exterior de la economía como la devaluación del peso, más de una decena de tratados de libre comercio firmados con importantes mercados y un Gobierno con una política amigable a los empresarios y los negocios.
Si bien las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, y en general entre todos los bloques, han desacelerado la dinámica del comercio global, el sector privado colombiano ni siquiera está aprovechando las oportunidades que esta situación disruptiva está generando. A pesar de estar creciendo a un ritmo que se destaca a nivel regional, no son las exportaciones el motor fundamental de ese positivo desempeño.
Esto es una situación ya muy analizada que requiere de acciones que en poco tiempo quiebren esa tendencia a la baja de las exportaciones. El Gobierno lanzará el próximo 18 de febrero el programa “Colombia Exporta Más”, orientado a aumentar las exportaciones no minero energéticas.
La meta del Ministerio de Comercio para este año es llegar a más de 25 mil millones de dólares. Este debe ser un esfuerzo integral que combine estrategias regionales que exploten las vocaciones locales, desarrollo de nuevos mercados, reducción de las múltiples barreras que enfrentan los empresarios, la mejora en la calidad de nuestros productos y el apoyo. En otras palabras, que la anhelada diversificación se convierta en realidad.
Fuente: Portafolio