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El país recibió en 2020 US$ 1.286,7 millones de los US$ 1.358 millones aprobados por la entidad.
Colombia espera cerrar con muy buenas noticias en materia de financiamiento y colaboración multilateral para sus proyectos de desarrollo y recuperación económica el ciclo de reuniones que se inició ayer, como antesala de la asamblea anual de gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que este 2021 se realiza en Barranquilla.
El anuncio de este lunes de un crédito por 250 millones de dólares para contribuir a la equidad y sostenibilidad urbana de Barranquilla, así como de otros 200.000 dólares dirigidos al plan de descarbonización de las ciudades del país, como lo anticipó ayer EL TIEMPO, hacen parte de esas noticias positivas que comienzan a dejarle a Colombia este certamen.
Sergio Díaz-Granados, director ejecutivo del BID para Colombia y Perú, señaló que el país espera conservar su liderazgo en la región como principal destino de inversión del banco y en materia de desembolso de recursos, aspecto en el cual habrá el viernes un anuncio muy importante.
¿Qué importancia tiene para el país que la asamblea del BID se haga en la actual coyuntura?
Diría que hace que tengamos toda la atención del banco sobre la reactivación económica de América Latina y el Caribe, que, entre otras, es la región más golpeada, con 45 millones de personas más en la pobreza y un deterioro de la clase media con 52 millones de personas afectadas. De manera que la discusión de esta semana gira en torno a los temas de reactivación, de la crisis que vive la región, la forma como el BID tiene que ajustarse a esta realidad y emplearse a fondo con mejores instrumentos para atender los requerimientos de los 26 países miembros de Latinoamérica y el Caribe.
Esta situación demandará un mayor esfuerzo del BID. ¿Habrá capitalización del banco?
El banco tiene su asamblea el próximo fin de semana, en la que participan 48 gobiernos, y allí hay que buscar el consenso de todos en ese propósito. La posición de Colombia ha sido clara desde el primer día en que empezó la crisis, pues considera que es importante tener a los multilaterales atentos a acompañar la recuperación económica de la región durante los próximos años. Muchos países de la región sienten que es urgente esta conversación, pero se debe generar una negociación interna y un proceso para llegar a esa instancia.
El banco, por lo pronto, lo que ha hecho es aumentar su capacidad de operaciones, como el año pasado, y este año lo seguirá haciendo. Mientras esa discusión avanza, está aumentando lo más que puede los desembolsos para la región, tanto en la ventanilla soberana como en la privada. Lo que estamos propiciando es un acuerdo entre los países que permita avanzar en la ruta que nos lleve a esa posibilidad.
¿Cuál será el apoyo del banco para Colombia?
Nosotros aspiramos a que Colombia este año mantenga o supere lo que colocamos en el 2020 (1.286,7 millones de 1.358 millones de dólares aprobados), dado que el país está ejecutando más rápido los recursos.
El viernes (de esta semana) debe quedar listo el anuncio entre el ministro de Hacienda (Alberto Carrasquilla) y el BID, y soy muy optimista de que el banco llegará al nivel de lo que Colombia necesita. El ministro hará el anuncio. El año pasado fueron más de 1.200 millones de dólares en la parte soberana, porque en el sector privado también se tuvieron desembolsos grandes.
¿Dónde estará el principal foco de atención de los recursos en esta coyuntura?
La demanda de la región por financiamiento será muy alta; lo fue el año pasado, lo será este año y el próximo. El banco no tiene la capacidad suficiente para satisfacer las necesidades, sobre todo de los países de ingresos medios altos, como Brasil, Argentina, México, Colombia, Chile, Perú. Pero el BID es muy importante dentro de la diversificación de las fuentes de financiamiento de los países miembros. Es decir, para Colombia es importante como quiera que allí ha habido diversificación de la fuente que necesita Crédito Público y la Tesorería de la Nación.
Diría que es importante que el BID ayude a completar ese portafolio diversificado de financiamiento que requiere el país. Eso se está alcanzando como quiera que el año pasado Colombia fue el principal destino de inversión de la entidad y el segundo en desembolsos en la región, de manera que el banco está cumpliendo un rol antisísmico en la región y particularmente en Colombia.
Con el disparo de la pobreza por el covid, ¿qué plan específico se tiene?
Estamos haciendo una reflexión importante en el tema de innovación social y ver cuáles pueden ser los mejores instrumentos y baterías para frenarla. El Gobierno hizo el año pasado un gran esfuerzo con el Ingreso Solidario para retener la mayor cantidad de gente posible dentro de la red de protección y es un tema que está en la agenda de discusión del jueves. Este es un eje central en lo que el BID deba hacer en los próximos años, un esfuerzo de colocar recursos. De hecho, ya está listo el reporte macroeconómico para entregarlo el 21 de marzo, que incluye las recomendaciones a los gobiernos sobre qué hacer para enfrentar el aumento de la pobreza y la reducción de la clase media, un tema de discusión clave.
¿Qué otros frentes son fundamentales?
Esa es una discusión interesante que coincide con el cambio de la administración del banco en medio de la crisis y hay que hacer ese realineamiento estratégico ante el nuevo mundo pospandémico, que es muy distinto al de antes, que ya de por sí era complejo para la región, por eso debemos saber dónde se colocan los recursos, para ser más eficientes y con mayor impacto.
En lo que concierne a Colombia, vamos a tener tres grandes ejes sobre los cuales versará la relación entre el banco y el país en los próximos años. Un ejemplo es el cambio climático, y resiliencia y adaptación. Ahí vamos a tener una gran presencia del banco jugando en Colombia como uno de los mayores financiadores en adaptación a cambio climático. Otra línea importante es la institucional, esperamos esta semana hacer un anuncio de cuál será el apoyo del BID para que el país pueda acometer el proceso de transformación digital de la justicia. Y una tercera línea que está en lo social: salud, educación, juventud y la población migrante donde el banco ha venido gestionando colaboración internacional adicional para el país.
Fuente: El Tiempo