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El encuentro culminó con una hoja de ruta conjunta que cruza por un aumento del capital del banco,
Después de la debacle causada por la pandemia de covid-19, la 61.ª Asamblea de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), celebrada en Barranquilla, cerró con un diagnóstico crudo sobre lo sucedido en América Latina y el Caribe en el último año, pero también con una hoja de ruta trazada para superarlo.
Durante la rueda de prensa de conclusión del evento, ayer, el organismo anunció que acordó comenzar análisis técnicos con miras a una ampliación de capital del BID,iniciativa que contó con el “apoyo abrumador” de los países miembros de la institución, indicó su presidente, Mauricio Claver-Carone.
“Culminamos la asamblea con una resolución (…). Se ha abierto la puerta a un proceso de análisis, una hoja de ruta hacia un aumento de capital”, destacó el presidente. Pese a no ofrecer detalles específicos sobre el proceso, señaló que se presentará a los gobernadores “unas recomendaciones en el corto, mediano tiempo” acerca de este análisis, para discutir futuros pasos.
La iniciativa fue liderada por Brasil, Chile, Ecuador, Perú, Paraguay, Guyana, Surinam y Venezuela (representado en la institución por el líder opositor Juan Guaidó).
Durante el encuentro con los medios, Claver-Carone defendió la necesidad de este aumento general de capital del BID y calculó su objetivo en 20.000 millones de dólares para incrementar los recursos disponibles para préstamos en la región, desde los 12.000 millones anuales actuales. La última ampliación de capital del Banco de Desarrollo se produjo en el 2008.
“No tengo la menor duda de que en los cuatro años y seis meses que me quedan conseguiremos una capitalización adicional del banco”, apuntó el jefe del BID, quien señaló lo importante que es que un grupo de senadores estadounidenses bipartidista ya haya dado respaldo a un aumento de capital.
Colombia fue uno de los países que mostró su apoyo explícito a esta propuesta. De hecho, el presidente Iván Duque insistió en que el país “ha respaldado y respalda los esfuerzos de fortalecimiento del banco, que no ocurre de un día para otro, siempre hay una etapa previa”. Latinoamérica necesita –remarcó Duque durante su participación en la asamblea– un banco que crezca en paralelo a las necesidades de la región”.
A propósito, Claver-Carone dijo que se demostró la capacidad y el potencial que puede tener el BID cuando trabaja cercanamente con un país.
“Con el Gobierno de Colombia –afirmó– lanzamos la mayor cooperación de la historia: un proyecto de sostenibilidad de clima, cofinanciado con cinco entidades de desarrollo (cuatro europeas y una de Corea), y lanzamos el primer proyecto de resultados en Colombia sobre el tema de reforzamiento del sistema de salud; también presentamos el primer crédito con la ‘biodiverciudad de Barranquilla’ ”.
Un camino difícil
El BID pronosticó que la recuperación de América Latina no será sencilla, y requerirá nuevos recursos para hacer frente a la emergencia.
Éric Parrado, economista jefe y gerente general del Departamento de Investigación del BID, advirtió que “saldremos de esta crisis más pobres, más endeudados y con economías que tendrán un formato muy diferente en términos de sus estructuras productivas”.
El shock generado por el desempleo masivo provocará, además, un aumento de la pobreza extrema, que saltará del 12,1 por ciento al 14,6 por ciento, deterioro al que los países dependientes del turismo y la exportación de materias primas estarán particularmente expuestos.
El organismo advierte que el futuro de la región dependerá en buena medida de las reformas emprendidas por los gobiernos para paliar la emergencia.
Con solo el 8 por ciento de la población mundial, América Latina y el Caribeconcentra alrededor del 25 por ciento del total de muertes causadas por el nuevo coronavirus (733.000).
Tras la histórica caída de 7,4 por ciento del producto interno bruto (PIB) regional registrado el año pasado, el organismo proyecta ahora un crecimiento de la economía del 4,1 por ciento para el 2021, seguido del 2,5 por ciento en los años venideros, de acuerdo con “la capacidad para vacunar” de los países, y siempre que no se impongan nuevas restricciones que “tendrían un impacto adicional en la actividad económica”.
En caso contrario, vislumbra un escenario negativo –basado en un crecimiento menor de la economía en Estados Unidos y Europa, la aparición de nuevos brotes del virus y un despliegue lento de la inmunización– que “ralentizaría el crecimiento a solamente el 0,8 por ciento en el 2021”, –1,1 por ciento en el 2022 y 1,8 por ciento en el 2023.
Para evitar el escenario catastrófico, el BID instó a los países a emprender reformas fiscales urgentes y medidas que impulsen la productividad, cadenas de valor regionales, economía digital y creación de empleo inclusivo, sin sacrificar el objetivo de hacer más lento el cambio climático que amenaza a la región.
Vacunar para reactivar
Durante la asamblea trascendió que el BID ha movilizado más de 24.000 millones de dólares en financiamiento para gobiernos y empresas de la región, incluyendo 1.000 millones de dólares para respaldar la compra de vacunas.
Al respecto, Claver-Carone señaló que hay una correlación entre la reactivación económica y la vacunación; en esa carrera, los países de la región no han tenido acceso a las vacunas en las que invirtieron, porque se ha tardado la distribución dado el acaparamiento de la producción, por parte de los países desarrollados. “Hemos estado trabajando para poder eliminar el cuello de botella en este sentido”, dijo.
Detalló que el organismo ha estado desarrollando mecanismos para lograr que los países puedan tener opciones de acceso a los biológicos, y señaló: “También he dicho que si hay un país desarrollado que tenga un superávit de vacunas, se las compramos para ayudar a los países prestatarios”.
Éric Parrado señaló, finalmente, que “América Latina y el Caribe tiene por delante un sendero estrecho, pero claramente definido para salir fortalecida de los shockssociales y pandémicos de los últimos años”.
Fuente: El Tiempo